Hotel Rovira en Tossa de Mar, sencillo y con vistas a la playa
El Hotel Rovira está situado en muy cerca de la playa de Tossa de Mar y con vistas a ésta. Se trata de un hotel sin pretensiones, con una decoración sencilla y básica, pese a lo cual sus instalaciones se han quedado obsoletas, y precisan de una reforma profunda. El grado de satisfacción con respecto a los servicios que ofrece es insuficiente, por lo que la percepción generalizada de quienes allí se alojan es que su precio es muy alto para lo que ofrece.
Si bien casi todos coinciden en señalar que el hotel tiene una ubicación privilegiada y que las vistas desde las habitaciones son excelentes, hay un gran número de quejas relativas a la mayoría de aspectos relevantes. Ni el confort de las habitaciones, ni la comida suelen ser del agrado de los huéspedes, y tampoco la limpieza o el trato personal se libran de las críticas en algunos casos.
01-Instalaciones generales:
El Rovira es un hotel de 2 estrellas situado justo enfrente de la playa de Tossa de Mar, que cuenta con 80 habitaciones con baño privado y caja fuerte, muy luminosas. Su apariencia y decoración son anticuadas, y su estado de conservación deja bastante que desear. Dispone de ascensor y parking privado de pago, a 17 euros/día, si bien éste no se encuentra en las mismas instalaciones del hotel. No hay aire acondicionado.
Cuenta con una sala de juegos para niños, y bar restaurante, el cual no es exclusivo para los clientes, sino que está abierto al público en general.
02. Precios baratos.
El rango de precios para una habitación doble estándar se mueve entre los 57 y los 83 euros, que por lo general, es considerado por los huéspedes como demasiado alto para el estado de las instalaciones y los servicios a los que se tiene acceso.
03. Limpieza.
La limpieza es criticada por parte de algunos clientes, si bien es posible que en algún caso sea como resultado de lo anticuado y destartalado de las instalaciones. Aunque también hay alguna opinión positiva al respecto, la sensación que queda es que no es un establecimiento que destaque sobremanera en este apartado, y que, en el mejor de los casos, se cubren unos mínimos.
04. Confort de las habitaciones
En lo relativo a este punto, las quejas son de todos los colores. Las habitaciones sólo disponen de un ventilador, que, a juicio de los huéspedes, es insuficiente para combatir el calor veraniego y las muchas horas de sol que recibe el edificio. Para ponerle remedio, muchos de ellos abren la ventana, pero el bullicio exterior no les permite descansar. A esto hay que sumar quejas respecto a las neveras, la escasez de canales del televisor, la suciedad, la incomodidad de la cama o el mal estado en general que presentan, con pintura descascarillada y grietas en las paredes.
El baño no sale mucho mejor parado. La cisterna tarda 2 horas en recargarse, duchas tienen poca presión, grifos defectuosos o suciedad son algunos de los problemas que refieren los clientes. Por otra parte, tan sólo están equipados con gel y jabón de manos.
Las únicas referencias positivas son respecto a la luminosidad de las habitaciones y la magnífica vista que se disfruta desde el balcón. Todo lo demás, mobiliario, estado de conservación, equipamiento, y comodidad en general, es duramente criticado por una inmensa mayoría de los huéspedes, que consideran que las dos estrellas de categoría están muy por encima de lo que verdaderamente ofrece el establecimiento, cuyo nivel se asemeja más al de una pensión u hostal.
05. Localización y comunicaciones.
Su ubicación en frente de la playa de Tossa, y la posibilidad de ver el castillo desde las propias habitaciones es la mejor baza de este hotel, y un punto a favor que casi todos los clientes señalan como lo más positivo de su estancia. Dada su cercanía, el propio castillo puede visitarse, ya que se encuentra a tan sólo 5 minutos a pie.
La comunicación con Barcelona es fluida, ya que existen autobuses que realizan este trayecto regularmente y no tardan más de hora y media en completar el recorrido.
06. Diseño.
La decoración de las habitaciones es muy anticuada. Los suelos son de baldosa, y el mobiliario es viejo y se encuentra en mal estado de conservación. Si bien los huéspedes son conscientes de que se trata de un alojamiento de categoría modesta, los calificativos que emplean para definir la decoración del hotel no dejan lugar a dudas acerca de que ésta no cumple ni siquiera unos mínimos exigibles. “Pésima” o “Pobrísima”, son algunos de los términos con los que la definen.
07. Atención y personal.
La recepción no es 24 horas y ante cualquier posible contingencia que pudiera suceder en horario nocturno no hay a quien recurrir. El personal de recepción atiende en español e inglés, y según los comentarios de los huéspedes, su trato va desde muy amable hasta prepotente o maleducado. En este sentido no es difícil suponer que la razón de esta disparidad pueda ser que el personal tenga una buena predisposición ante los clientes pero que, ante la avalancha de quejas continuadas, pueda haberse producido alguna salida de tono ocasional motivada por su impotencia para darles solución. En otras palabras, la atención del personal es excelente siempre y cuando el cliente no muestre su malestar por el estado de las instalaciones. No parece que la gestión de las quejas sea la más adecuada.
08. Tecnología y Wi-Fi.
No hay internet en las habitaciones del hotel, tan sólo en las zonas comunes, y además no es gratuito, sino de pago. Puede accederse al servicio a un coste de 6 euros la hora o bien si se realiza una consumición en la cafetería.
09. Ocio y exteriores.
Existe a disposición de los clientes una sala de juegos y un área infantil. Puede practicarse ping pong, billar, y jugar a videojuegos. Hay una terraza exterior. Los multicines Montserrat se encuentran a 2 minutos a pie. La playa de Tossa está justo en frente del hotel, y el Castillo, a apenas 5 minutos. Además, hay otras playas cercanas en un radio de menos de 10 km. También a una distancia relativamente corta se encuentra el parque acuático Water World (9´2 km) y el Club de golf Costa Brava (11´7 km).
10. Niños.
Los niños pueden alojarse en el hotel, que además cuenta con habitaciones familiares. Hay posibilidad de instalar camas supletorias y cunas, hasta un máximo de 2 por habitación, y los menores de 2 años no pagan por el alojamiento. Además, el hotel pone a disposición de los más pequeños una sala de juegos, en la que pueden hacer uso de una consola para videojuegos.
11. Spa & relax.
El Hotel no cuenta con este tipo de servicios. Además, dada su ubicación en pleno paseo marítimo, y el mencionado problema del calor en las habitaciones, dormir con las ventanas abiertas supone una dificultad añadida por el nivel de ruido exterior. No es, por tanto, un lugar donde el descanso y el relax sean fáciles de lograr.
12. Restauración.
El restaurante del hotel es un bar-restaurante al aire libre que da al propio paseo marítimo y que, por tanto, admite clientes tanto que se alojen en él como que no. Este bar-restaurante, de nombre La Gruta, y especializado en comida mediterránea y catalana, sirve brunch, almuerzo y cena, así como cocktails y meriendas a base de té y pastas.
Cada mañana se sirve en el comedor del hotel un desayuno bufé con platos calientes que no parece de convencer demasiado a los clientes que se alojan en el establecimiento. Las opiniones de éstos indican que la comida es mala y poco variada. Los más condesciendientes califican el desayuno como básico o correcto.
La opinión generalizada es que lo que entra en el menú en régimen de media pensión no merece la pena, y que quien se aloje en el hotel puede encontrar mejores opciones de restauración en otros lugares.
13. Con encanto.
Debido a lo destartalado de las instalaciones y a las carencias señaladas por un gran número de huéspedes, no puede considerarse que se trate de un establecimiento con encanto. Más allá de las vistas que ofrece y de su cercanía al mar, aspectos que son su mejor baza, el hotel carece de elementos que ofrezcan una experiencia diferente, original o singular que lo hagan merecedor de esta calificación. Sin embargo, hay personas a las que el estado antiguo y vetusto del hotel les resulta una experiencia curiosa.
14. Mascotas.
El Hotel Rovira admite mascotas bajo petición y sin coste alguno para los huéspedes.